Los precios de las viviendas en España han frenado sus bajadas de precios, pero en modo alguno se han detenido, la explicación hay que encontrarla en la competición que se ha establecido en este ciclo económico, el precio de la vivienda libre y el de los alquileres, ambos compiten a la baja por captar económicamente las apetencias de un mercado potencial afectado por la falta de crédito y la incertidumbre en el empleo.
El precio de las viviendas ha tocado fondo. Fitch Rating, una agencia de calificación de créditos, publicó a finales de febrero de 2015 un informe sobre el estado actual y el futuro del mercado inmobiliario español que recogía que los precios de los pisos habían finalizado su ciclo de caídas. La previsión de la agencia es que los precios hagan algo más, se estabilicen en estos niveles del primer trimeste de 2015.
El motivo argumentado por los analistas que suscriben el informe es que cualquier beneficio disponible, como la bajada de precios, sólo lo será desde el punto de vista teórico, porque el exceso de oferta del mercado no está respaldado por una confianza de los potenciales compradores sobre los que sigue gravitando el desempleo.
El informe apunta también a la idea de que, en cualquier caso, el precio de la vivienda seguirá lastrado o condicionado por la apertura del crédito y el acceso a él de familias y particulares y de una recuperación representativa del empleo. En el cuarto trimestre de 2014 el desempleo disminuyó en 2.3 puntos porcentuales (interanuales) y en el primero de 2015, la tendencia se mantiene. Por otro lado, el número de préstamos que entran en situación de morosidad también ha caído de manera sustancial.
Los intereses están en niveles muy bajos y las deudas de los hogares comenzará a ser manejable a medio plazo, en esos mismos niveles domésticos, las familias están aún en proceso de desapalancamiento y todavía son sensibles a las subidas de tipos de interés.
En cualquier caso, como recoge el informe, las entidades financieras están abiertas a conceder préstamos hipotecarios y a ampliarlos a clientes verdaderamente solventes, especialmente por la disminución de los costes de financiación. Márgenes que se reducirán por las previsiones del euríbor que se anuncian para todo 2015.
Ahí están también los datos del Instituto Nacional de Estadística publicados sobre el tercer trimestre de 2014 y que hablan de un repunte sustancial para estos tiempos del precio de la vivienda de un 0,2%. La primera subida con dos meses consecutivos desde la última registrada también en otro tercer trimestre, el de 2007.
También se da la circunstancia de que quienes quiere adquirir una vivienda lo hacen acudiendo a las ofertas en las que pueden encontrar más rentabilidad a su dinero, los pisos de precios más bajos, que les permiten liberar más rentas familiares en unos momentos en los que todos los euros cuentan. Ante ese panorama, la previsión es que los precios de las viviendas libres también caigan para hacer atractiva su oferta.
La acumulación de descensos continuados de los precios de las viviendas usadas ha generado una curiosa paradoja, quienes pueden disponer de recursos económicos para comprar una vivienda aprovechan la sobreoferta y un razonamiento continuista para esperar que los precios de los pisos puedan aún bajar más.
Las inmobiliarias españolas, abogados, y otros gestores de la propiedad están en estos momentos poniéndose de acuerdo para realizar acciones conjuntas de información que ofrezcan un mismo mensaje, los precios que ahora se pueden ver en las fachadas de las viviendas y en los anuncios serán los mismos que se ofrecerán después del verano y más allá.