Puente aéreo Madrid Barcelona
El Puente Aéreo Madrid Barcelona es un servicio de conexión aérea operado por la compañía española Iberia que conecta los aeropuertos de Madrid Barajas Adolfo Suárez y de El Prat Barcelona. La compañía ofrece 50 vuelos diarios, 25 por sentido, entre las dos capitales. En la actualidad, el Puente Aéreo Madrid Barcelona mueve un millón y medio de pasajeros.
La historia del Puente Aéreo Madrid Barcelona se inició con un mediático abrazo entre el alcalde de Barcelona y el presidente de Iberia, y ex-ministro español, Jesús Romero Gorría. Sucedió un 2 de noviembre de 1974 y fue portada del periódico ABC bajo un titular elocuente: ‘Aplauso popular’.
Así, con esa puesta de largo, despegaba uno de los servicios aéreos más populares de España que conecta las dos ciudades más importantes del país en lo que fue -y sigue siendo- una auténtica autopista aérea.
En 1974, la oferta de vuelos era de 28 a la semana y para un total de 3.200 plazas. El precio del trayecto era de 1.960 pesetas, que, traducido a euros de hoy, vendría a ser 146 euros. Curiosamente, el precio medio del vuelo en la actualidad es precisamente ése, 146 euros, euro arriba, euro abajo.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 permitieron mejorar la terminal de acceso de El Prat, dedicándose una zona de embarque exclusivo que dio prioridad a las operaciones en tierra del Puente Aéreo. En 2001, año récord en los registros de número de viajeros del Puente Aéreo Madrid-Barcelona, Iberia desplazó en esta línea a tres millones de pasajeros.
Itinerario estrella
Con el tiempo, el Puente Aéreo Madrid-Barcelona se ha convertido en uno de los itinerarios estrella de la compañía y en una referencia de prestigio. La historia oficial de la compañía Iberia lo considera uno de los dos mejores productos comerciales de innovación de la línea aérea en toda su trayectoria.
Esta oferta de vuelos se desarrolló para ofrecer a los viajeros habituales de los vuelos entre Madrid y Barcelona una mayor frecuencia en los tiempos en los que el turismo ya era una industria consolidada en España.
Sin embargo, el éxito no radicó sólo en la salidas cada media hora, se debe esencialmente a tres variables significativas: la creación de zonas exclusivas de los aeropuertos de Madrid y de Barcelona de terminales sólo para estos vuelos, la opción de volar sin reserva y la ya señalada frecuencia de vuelos en horas punta. Actualmente además, se une la posibilidad de realizar la reserva online en cualquiera de los parkings de los aeropuertos de Madrid Barajas ( parking larga estancia aeropuerto Barajas) y Barcelona El Prat (parking en el aeropuerto de Barcelona) con el consiguiente ahorro de tiempo y tranquilidad para el usuario habitual del servicio de puente aéreo.
Sobre las terminales dedicadas, el Aeropuerto Madrid Barajas Adolfo Suárez y el del Prat de Barcelona, cuentan con zonas acondicionadas para los usuarios de este servicio, en la T4, el primero, y en la T1, el segundo. Sobre la frecuencia de vuelos en horas punta, la media hora habitual entre vuelos baja a vuelos cada veinte minutos para acoger la demanda. En cuanto a los vuelos sin reserva, todavía sigue siendo una característica rara y casi única en los corredores aéreos del mundo que conectan grandes ciudades.
Desde 1974, el número de viajeros que han utilizado el Puente Aéreo Madrid-Barcelona ha superado de largo los 52 millones de pasajeros. Y el servicio es un vínculo muy sólido en la relación entre ambas ciudades. Hasta tal punto que alguna iniciativa política de los últimos años ha buscado canales de diálogo a nivel empresarial entre el Gobierno Central y la Generalitat de Cataluña a vueltas con la independencia de la Comunidad catalana y tomando la denominación de ‘Foro Puente Aéreo’ como motivo.
Competencia
El valor de esta ruta ha hecho que otras compañías aéreas que operan en España hayan apostado por competir con Iberia en la misma línea. Vueling, en su día Spanair, y Air Europa sumaron sus propios servicios a la ruta hasta ofrecer todas las compañías en su conjunto, por ejemplo en 2010, 28.200 vuelos anuales.
Cifra que representa un 56% más de vuelos que los del segundo itinerario aéreo europeo más concurrido, el del corredor aéreo Roma-Milán. En ese mismo año de 2010, Iberia concentró el 48% de todos los desplazamientos por aire entre Madrid y Barcelona, a pesar de la creciente competencia con otras líneas aéreas nacionales.
Si bien la crisis económica que se inició en 2008 llegó a generar un decrecimiento en el número de pasajeros de hasta casi un 20% en alguno de los ejercicios entre 2008 y 2012, también es cierto que el número de vuelos se adaptó al nuevo escenario con una menor frecuencia. Algo que explica no sólo la flexibilidad del servicio y las cualidades operativas del producto, sino la fidelidad de los usuarios, cuyo descenso ha estado por debajo de los de otros vuelos aéreos comparables.
En la actualidad, casi el 90% de los viajeros que usan el Puente Aéreo Madrid-Barcelona son viajeros que realizan el vuelo por asuntos de negocio. Iberia ha apostado por ofrecer un número importante de vuelos a primera hora de la mañana y a última de la tarde, momentos en los que se desplazan los ejecutivos entre ambas ciudades, para competir con el tren AVE en la confianza de que esos vuelos son determinantes para los usuarios que valoran mucho ganar una hora o más en los desplazamientos. No obstante, el AVE sigue ofreciendo tiempos de desplazamiento de 2 horas y 40 minutos entre Madrid y Barcelona. Y, por el momento, no es una competencia directa en tiempo.
En cualquier caso, en la actualidad, este servicio de conexión aérea se ve seriamente amenazado por las políticas oficiales. Sin ir más lejos, la Unión Europea en su diseño continental de transportes y en su Libro Blanco del Transporte de la Unión Europea se declara defensora del tren de alta velocidad en oposición al uso del avión para las mismas conexiones.
La supervivencia de este servicio pasará así por el desarrollo de su intermodalidad, los de su conexión con otros servicios de transporte desde los aeropuertos de referencia. Algo que ya está en curso y que permitirá rentabilizar las inversiones que se han hecho en las instalaciones aeroportuarias, preferentemente en las terminales dedicadas de Madrid-Barajas y El Prat.