Lo dicen los indicativos, lo cuentan los datos internos y los publicados por las entidades de inversión de casa y extranjeras, España vuelve a estar en la agenda y en el mapa de los inversiones del exterior. Los valores españoles, los de las empresas de bandera españolas, son los nuevos objetos del deseo de la inversión internacional.
Las cifras varían, pero los datos están ahí, apuntan la tendencia que llega incluso a los españoles con fondos extra que hacen números, lo ven claro y destinan ya un 7% de media del ahorro que se procuran para sus inversiones. Sí, en renta variable. Se trata de la exposición más elevada desde que se inició la crisis económica entre 2007 y 2009.
España es un país muy bancarizado, donde las entidades financieras de referencia tienen gran peso en la cotización de valores y en la gestión de carteras. Y los inversores lo tienen cada vez más claro, prefieren las reglas de juego españolas y sus oportunidades.
Las entidades que gestionan las carteras de valores se las ven y se las desean ahora para mantener el ritmo de exigencia de un inversor extranjero al que ya no le seduce invertir en sectores económicos, en operaciones generalistas, sino que es más selectivo, conoce las trayectorias de las empresas, las sigue a través de canales de información que se benefician de la operatividad en tiempo real de los recursos de Internet. Unas carteras de valores tejidas sobre la base de informaciones para las que se busca todo el contraste posible.
Bancarización española
Y todo cuando el sistema bancario español es sólo un séptimo del francés y la veinteava parte del italiano. O tal vez por éso. Un formato pequeño que no parece representar un problema para quienes quieren poner a trabajar su dinero. Resulta atractivo para unos inversores que buscan nuevas oportunidades. No hay que perder de vista esta nota para entender lo que está pasando. Por otro lado, las pruebas de estrés de la banca española han demostrado la nueva solidez del sistema bancario español.
Los inversores extranjeros buscan algunos top de las acciones de empresas españolas que cotizan en el Ibex 35. La referencia base del mercado de inversiones español ya es parte de las búsquedas incluso de accionistas de los rangos medios y medios bajos que solicitan Ibex a sus agentes mediadores.
Y es que el Ibex 35, según los expertos, podría concluir 2015 rozando los 12.300 puntos, más o menos un 25% de los niveles actuales. El inversor busca que los valores de las empresas españolas estén expuestos a dólares fuertes. Bajo esa premisa se han elegido, no sólo acciones de Acerinox, de Enagás o de OHL, sino que, en algunos casos, parece apuntarse otra tendencia reveladora, la de entrar a participar de la financiación de proyectos concretos en el exterior. Proyectos reclamo como el de la ampliación del Canal de Panamá o el del Tren de Alta Velocidad que llegará hasta La Meca en Arabia Saudita.
Marca española
Una buena noticia para la marca España que certifica una confianza renovada en la economía española, en su productividad, y en los beneficios que están generando las acciones de las empresas del país con fuerte presencia internacional. En 2007 las empresas españolas con proyectos en el exterior representaban algo más del 38% del volumen de los valores en las bolsas, en 2014 un 46%, cifras que apuntan más alto y que no paran de crecer.
Pero la búsqueda de dividendos en España es una tendencia que ofrece otro perfil revelador. El inversor sigue sin apostar por el riesgo a la hora de contratar acciones. Busca rendimientos moderados, o muy bajos, si se los compara con los históricos de antes de la crisis, sólo en la confianza de que se pueden asegurar los dividendos. Las carteras de valores preferidas son las de las compañías que ofrecen rentabilidades bajas pero que están dispuestas a repartir dividendos y se sigue sin apostar por empresas emprendedoras y startups probablemente por la falta de conocimiento a la hora de invertir en estos mercados y su riesgo difícil de estimar.
Panorama político
El panorama político y económico de Grecia, la volatilidad de los precios de las materias primas, la efectividad real de las medidas impuestas por el Banco Central Europeo para restar fuerza a la deflación y hasta el calendario de las elecciones de España y Gran Bretaña son factores que pesan en la toma de decisiones más conservadora.
¿Miedo a una potencial volatilidad del mercado español? Tal vez, pero, en cualquier caso, esta tendencia no resulta extraña si se observa el contexto general. Es la que ahora mismo está más extendida en los mercados financieros y de inversión de todo el mundo. Es una apuesta por lo que se ha dado en llamar como un tiempo para especular sobre seguro con valores defensivos.
¿Hasta cuándo? La respuesta es, como suelen decir los economistas ‘ver y esperar’, ver lo que apuntan los indicadores a medio plazo y esperar a que la normalidad vuelva a animar las inversiones globales. La tendencia persistirá en España sobre valores ‘seguros’ por tiempo indefinido. Nada nuevo que no podamos ver fuera y empezar a verlo reflejado en los parqués españoles.
Reparto de dividendos
Un dato revelador más. Algo que no deja de sorprender, España se ha mantenido en los puestos de cabeza en cuanto a reparto de dividendos, superando el 4% en lo que se refiere a la rentabilidad. Dejando atrás a Francia, Italia y Gran Bretaña que superaban el 3% anual y mensual.
Los inversores extranjeros que han invertido en bolsa se retratan en las encuestas, su percepción sobre sus opciones de alcanzar los objetivos de las inversiones crecieron diez puntos en 2014. Ese dato también es revelador.
Las nuevas inversiones en España han tomado las bolsas. El español es un mercado pequeño para invertir, pero se buscan activos de manera selectiva, especialmente los de las empresas que operan en el exterior, aunque los beneficios de la inversión sean menores. Ese es el retrato del nuevo inversor en España y el de sus expectativas.
Los valores son el nuevo objeto de deseo de los inversores internacionales.